AHSL-Expedientes Criminales-1884-71 - Manuel Heredia y Adolfo María Quiroga

AHSL, Serie Tribunales de Justicia - Expedientes Criminales, Año 1884, Expediente Nº 71. 
Carátula:
Sumario instruido a Manuel Heredia por suponérsele autor de la fractura de una pierna a D. Adolfo María Quiroga.1884. (11 fs.)
Contenido:
El expediente se inicia con una nota rubricada por Adolfo María Quiroga, fechada en San Luis el 27/07/1884 y dirigida al Intendente General de Policía D. Ruperto Aguilera, relatando los siguientes hechos: 
Que el día 03/07/1884 a las 12 de la noche, estando con varios individuos jugando al billar en La Casa Pública de Billar de D. Manuel Heredia, en la calle Rivadavia y General Las Heras, uno de ellos, le dio un barato y viendo Heredia que así iba mal la partida, le dijo que dejara el taco queriendo tomarlo, a lo que el denunciante se negó, insistiendo en echarlo a la calle, por lo que cuando comprendió que verdaderamente estaba enojado, fue a entregarle el taco ya en la puerta y en un instante, ya se encontró en la vereda con la pierna completamente troceada, ocasionado esto por dicho Heredia, que acto seguido cerró la puerta tras de sí, para que los transeúntes y la patrulla pensasen que él no tenía la culpa. Entonces él comenzó a clamar que le hiciera levantar y lo llevaran adentro, porque el dolor y el frío de la noche lo ponían en esa imprescindible necesidad, hasta que pudiese hacerse trasladar a su casa, a lo que Heredia se negó, privando además que abrieran la puerta para verle, a los que allí estaban, que eran Cándido Sosa y Elías Barroso, vecinos de esta ciudad y otros que no conoce. Fue así que arrastrándose hasta una casa de enfrente en la que no se encontraba nadie, se dejó estar para ver si alguien pasaba por la calle y al cabo de mucho rato, ya a la madrugada, Barroso se compadeció, buscó un caballo y lo trasladó a su domicilio en la calle Maipú Nº 72, que es donde se encuentra totalmente postrado en cama, sin tener quien le atienda y sin recursos para atender su enfermedad y por consiguiente, imposibilitado para trabajar y proporcionarse la subsistencia, además de haber perdido las ocupaciones que tenía por esta causa. También expresa que no ha podido denunciarlo antes por su mala salud y por no tener de quien valerse, sólo sus hermanas, que más bien están para que él las atienda y no resulta posible que ellas anduvieran en estas diligencias y solicita que ese individuo le indemnice la injuria y daños inferidos que le han ocasionado. 
Dos días después, el juez ordena al médico de la policía, el Dr. D. Hugo Peruccelli, que pase por el domicilio de D. Adolfo Quiroga para efectuar un reconocimiento y el mismo día, el galeno informa que el susodicho se halla en la cama a causa de habérsele fracturado el tercio inferior de la pierna, hace ya 20 o 25 días. 
El 29/07/1884, se toma declaración a: 
- D. Cándido Sosa, casado, de 46 años, jornalero, argentino y domiciliado en la capital, que manifiesta que el día de autos se hallaba en el Billar de Manuel Heredia con el citado A. Quiroga, un tal Ponce, mendocino, Elías Barroso y el dueño de la casa. Mencionó que efectivamente estaba jugando en la mesa de billar con Ponce, cuando Quiroga se aproximó y le pidió que le cediese el taco para continuar la partida en su lugar a lo que él accedió cediéndole el taco y a lo que Ponce se opuso, manifestando que no quería jugar con Quiroga sino con él, que entonces el dueño de la casa Heredia le quitó el taco a Quiroga y lo sacó de un brazo a una pieza contigua que daba a la calle, por lo que él y Ponce continuaron con la partida, sin percibir ningún altercado o lucha entre Heredia y Quiroga. Asimismo, declaró que, al salir, vio a Elías Barroso que le pidió que le ayudase a llevar a Quiroga a su casa porque se hallaba imposibilitado de caminar a causa de estar quebrado en una pierna y que se dirigió al lugar que le indicó Barroso, enfrente del Billar y vio en una cocina a Quiroga con la pierna izquierda rota y que no sabe ni ha oído decir quién le ocasionó la rotura. 
- D. Elías Barroso, soltero, de 42 años, jornalero, argentino y domiciliado en la capital, que expresa que el día de autos, sobre las 11 de la noche, estaba jugando en una mesa al billar Cándido Sosa y un tal Ponce, cuando se aproximó a ellos D. Adolfo Quiroga pretendiendo continuar la partida por el mencionado Sosa, que entonces Heredia, dueño de la casa, mandó a Quiroga que saliese a la calle a lo cual Quiroga se negaba, alegando que no había dado motivo para ello y que Heredia lo tomó del cuerpo llevándolo hacia la calle y que al llegar al umbral, Heredia empujó a Quiroga cayendo este al suelo, que el declarante se apresuró entonces a tomarle el sombrero a Quiroga porque se lo llevaba el viento y que al entregárselo, Quiroga le dijo que estaba quebrado en una pierna, lo que efectivamente apreció el declarante, por lo que lo trasladó a una casita de enfrente y se dirigió a buscar un caballo con el propósito de llevarlo a su casa y que al encontrar el caballo, montó a Quiroga sobre él, con la ayuda de Sosa. Firma su declaración Cándido Lucero, por no saber hacerlo el declarante. 
- Manuel Heredia, soltero, comerciante, de 23 años, domiciliado en la capital, que declara que el día de autos, estando en su casa Cándido Sosa con un tal Ponce jugando al billar, entró el denunciante Quiroga en estado de ebriedad, pretendiendo quitar el taco de uno de los jugadores con el fin de jugar él y que al verlo, se dirigió a él, pidiéndole que tuviese la bondad de no incomodar, pedido que reiteró varias veces, negándose Quiroga a ceder, por lo que le invitó a que abandonase el establecimiento, manteniéndose Quiroga en la negativa, por lo que se vio en el caso de tomarlo de un brazo y a sacarlo, pero al pasar el umbral de la puerta a la calle, Quiroga lo tomó del cuerpo resistiéndose, así es que para poder desprenderse de él, le dio un empujón dándole en tierra, entrando inmediatamente en su casa y cerrando la puerta, para que Quiroga no entrase, sin sospechar ni pensar el mal que podía haberse ocasionado Quiroga en su caída; que luego, transcurrido un tiempo, supo por Elías Barroso que Quiroga estaba quebrado en una pierna. 
El 30/07/1884 se remite al Juez del Crimen D. Ramón Correa la instrucción sumarial, informando que Manuel Heredia queda a disposición de ese Juzgado, detenido. 
El 04/08/1884 en San Luis, vuelve a comparecer el detenido, natural de esta provincia y vecino de esta ciudad, que ante la pregunta del juez, afirma que es su segunda declaración y que la primera, fue realizada ante el Comisario de Policía, ratificando su contenido y agregando que cuando le dio el empujón a Quiroga lo tomó de la ropa y que ambos cayeron al suelo en la calle, frente a la puerta, levantándose él primero y es entonces cuando cerró la puerta para que Quiroga no volviese a entrar; que Quiroga no es su enemigo ni son amigos íntimos, que únicamente eran conocidos; que nunca habían tenido disputas anteriormente y que con anterioridad a este hecho, nunca ha sufrido prisión por orden de la autoridad. 
El 04/08/1884 se notifica al procesado, la causa de su detención. Posteriormente, Manuel Heredia, “preso en la cárcel pública de la ciudad por el supuesto delito de injurias reales que dice D. Adolfo Quiroga” expresa en una nota dirigida al Juez del Crimen, que por encontrarse en una situación afligente por cuanto su puesta en prisión ha dado por resultado dejar abandonada su casa de negocio, únicos intereses que posee para atender su subsistencia y cuyos intereses se encuentran totalmente abandonados, además de la influencia moral causada por su prisión, a resultas de la calumnia de Quiroga, que ha influido poderosamente sobre su organismo teniéndolo algo enfermo y siendo el delito que se le imputa de aquellos que, aun en la hipótesis de haber sido él el causante del hecho que se le atribuye, tales delitos no merecen pena aflictiva, sólo las de multa pecuniaria, por lo que solicita que se le conceda la excarcelación bajo fianza carcelaria, que ofrece en la persona de D. José C. Pena. 
El 04/08/1884, a raíz del dictamen favorable del agente fiscal D. Mamerto Gutiérrez, se le concede la excarcelación.